Putin gana las elecciones en Rusia: Una victoria previsible

Vladimir Putin, presidente de la Federación de Rusia desde 2012, ha vuelto a salir elegido en las elecciones presidenciales del 17 de marzo de 2024, que le dará el poder durante seis años más. La victoria no ha cogido por sorpresa a nadie, tras la muerte de su opositor Alexei Navalny, el encarcelamiento de su opositor y defensor de los Derechos Humanos, Oleg Orlov, o el exiliado Garry Kasparov, incluido ahora en la lista de terroristas, declaradas por Rusia.

En 2020, Vladimir Putin promulgó una serie de enmiendas constitucionales tras sus respectivos referéndums, que potencialmente lo mantendrían en el poder hasta 2036. Entre ellas destaca la enmienda que permite más dos mandatos presidenciales, que era el máximo que dejaba la Constitución. Ahora, Putin ha vuelto a salir elegido, poco después del segundo aniversario de la invasión contra Ucrania y en medio de un contexto comprometido con Europa.

Victoria de Vladimir Putin

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha sido reelegido con un abrumador respaldo del 88% de los votos según el escrutinio de casi el 25 % de los sufragios, asegurando su permanencia en el Kremlin hasta 2030, según informó la Comisión Electoral Central. Desde su ascenso al poder en el año 2000, ha utilizado su influencia para moldear el Estado y las leyes a su favor, eludiendo las restricciones de mandato y prolongando su presidencia hasta 2036, cuando tenga 84 años. Esta continuidad en el poder se ha visto marcada por una represión cada vez más severa contra la disidencia pública.

Nadie dudaba de estos resultados, ya que Rusia se compone de un gobierno autoritario. De hecho, Andrew Stroehlein, director editorial y de medios de comunicación de Europa de Human Rights Watch denuncia que “los gobiernos autoritarios no celebran elecciones para dar a la gente una elección libre y justa; lo hacen como un espectáculo coreografiado para que la nación y el mundo demuestren que el líder es querido”. La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) se ha quejado de que sus observadores electorales no han sido invitados a monitorear la votación de este año y garantizar una “evaluación imparcial e independiente” del proceso electoral.

En los primeros días de los comicios hubo otros actos de protesta, con una ola de arrestos de rusos acusados de verter colorante en las urnas electorales y de ataques incendiarios. La disidencia pública ha sido duramente castigada en Rusia desde el inicio de la invasión de Ucrania, iniciada el 24 de febrero de 2022. La oposición política, liderada por figuras como Alexéi Navalni, ha enfrentado una persecución implacable por el gobierno ruso, quien falleció mientras estaba encarcelado en febrero de 2024, generando indignación tanto nacional como internacional.

Candidatos presidenciales

El panorama político en Rusia se ha caracterizado por la falta de una oposición sustancial, dado que los candidatos a las elecciones presidenciales suelen ser previamente aprobados por el Kremlin. La Comisión Electoral Central (CEC) solo ha registrado a cuatro candidatos para las elecciones del fin de semana: a Vladímir Putin, que se presenta como candidato independiente; Nikolái Jaritónov, que se presenta por el Partido Comunista de Rusia; el ultranacionalista Leonid Slutski, por el Partido Liberal Demócrata de Rusia, y Vladislav Davankov, candidato del partido centroderechista Gente Nueva.

Jaritonov, quien ya se postuló en 2004, ha centrado su plataforma en la nacionalización de la producción y en políticas sociales dirigidas a fomentar el aumento de la natalidad, alineándose con las aspiraciones del partido mayoritario, Rusia Unida. Por su parte, Vladislav Davankov, aboga por una mayor libertad para las empresas y un papel más destacado para las regiones. Según críticos del Gobierno, la participación de estos tres falsos adversarios sirve para canalizar el descontento de sectores de la sociedad rusa, mientras que la verdadera oposición ha sido aniquilada por años de represión.

El 8 de febrero, la CEC rechazó la candidatura para las elecciones rusas del antibelicista Boris Nadezhdin declarando que había “irregularidades” en las firmas, pese a que había recolectado el doble de las necesarias. Asimismo, otros liberales como Ekaterina Duntsova, contrarios a la invasión a Ucrania, también fueron impedidos a participar, oficialmente por errores en sus expedientes. Los opositores dicen que las autoridades tienen varias herramientas para controlar los resultados: amañar los votos emitidos por internet a distancia, rellenar las urnas, falsificar actas tras el recuento y presionar a millones de funcionarios en todo el país para que voten a favor del gobierno.

Muerte de Alexei Navalny

El fallecimiento de Alexéi Navalni, principal opositor de Vladimir Putin, no ha detenido su influencia desafiante. Navalni hizo un llamamiento a sus seguidores para manifestarse durante las elecciones del 17 de marzo, señalando su malestar con el proceso electoral. A pesar de la muerte de Navalny, su esposa, Yulia Navalnaya, ha continuado promoviendo la protesta, recibiendo un amplio respaldo. Esta protesta durante el fin de semana de los comicios generó una respuesta masiva, evidenciada en las largas filas durante el funeral del disidente y en las vigilias en ciudades de todo el país. Además, se vieron protestas en varios países de Occidente en contra de Putin.

La oposición rusa está decidida a hacerse oír, a pesar de las diversas estrategias del gobierno para asegurar la victoria de Putin, desde la intimidación hasta la extorsión por votos positivos. Con casi todos los rivales de Putin bloqueados o eliminados, las elecciones ofrecen pocas opciones reales, lo que ha generado preocupaciones sobre la manipulación del resultado.

En el contexto de guerra Rusia-Ucrania

Las elecciones también se han celebrado en los territorios ucranianos ocupados por Moscú desde 2022, lo que ha generado controversia sobre su legitimidad. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha cuestionado la integridad de las elecciones rusas, señalando la falta de competencia, debate abierto y prensa libre en el país.

En cuanto a la situación en la frontera, Rusia ha denunciado incursiones fronterizas por parte del ejército ucraniano, que también provocó un incendio en una refinería de la petrolera Rosneft en la región de Samara. Según el Ministerio de Defensa ruso, unidades de saboteadores ucranianos intentaron ingresar a la región Bélgorod, lo que resultó en pérdidas significativas para el ejército enemigo. Además, se han registrado ataques cibernéticos de especialistas ucranianos al sistema informático de servicios públicos de Rusia, donde se realiza el voto electrónico.

Dos años después del inicio de la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022, el conflicto continúa sin un claro ganador, mientras Ucrania se ve obligada a mantener una postura defensiva activa. El ahora renovado para otro mandato, presidente ruso, Vladimir Putin, ha sido objeto de atención mediática recientemente. Aunque la economía rusa ha demostrado ser más resistente de lo esperado a las sanciones occidentales, muchos rusos están preocupados por el aumento de precios y la desestabilización causada por el conflicto en Ucrania.

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