Manifestaciones en Cuba

El domingo 17 de marzo, en la provincia de Santiago de Cuba, una gran cantidad de ciudadanos salieron a las calles para expresar su descontento por la falta de energía eléctrica y la escasez de alimentos, lo que se ha extendido en otras partes del país. Esta es la protesta más multitudinaria que haya tenido lugar desde las del 11 y 12 de julio de 2021, cuando miles de personas salieron a exigir cambios ante la situación del país.

En la mañana del domingo, antes del inicio de las protestas, el ministro cubano de Energía y Minas anunció que la planta de energía más importante del país comenzaría a producir electricidad el lunes. Sin embargo, señaló que la situación seguirá siendo inestable en las próximas semanas debido a la falta de liquidez en La Habana para asegurar un suministro constante de combustible. A pesar de las manifestaciones anteriores, la situación no ha mejorado, sino que, de hecho, ha empeorado.

Falta de electricidad

La protesta en la segunda mayor ciudad de Cuba se desencadenó alrededor de las 15:00 hora local (19:00 GMT) cuando un grupo de madres salió a la calle con sus hijos para exigir comida y leche en una zona popular cerca de la carretera del Morro. Estas demandas surgieron después de un apagón de seis horas, de 7:00 a 13:00 hora local, seguido de una breve restauración de la energía que falló nuevamente poco después. A medida que se unían más personas, incluidas mujeres, vecinos y transeúntes, la protesta creció hasta reunir a varios cientos.

En los últimos dos meses, los apagones han empeorado debido a problemas en las viejas centrales eléctricas de origen soviético y a la escasez de combustible, con déficits de hasta el 45 % durante los períodos de alta demanda. En muchas provincias, los cortes de energía superan las 10 horas diarias.

Es crucial recordar que Cuba está atravesando una severa crisis económica que ha persistido por más de tres años, caracterizada por la escasez de alimentos, combustible y medicinas, así como por una inflación en aumento y apagones diarios prolongados. Esta situación ha provocado una migración sin precedentes y un profundo malestar entre la población.

“Corriente”, “comida”, “Patria y Vida”

Según informes recopilados por la agencia EFE, la protesta se caracterizó por su naturaleza pacífica y se inició por un grupo de mujeres acompañadas de sus hijos. En varios videos compartidos en redes sociales, se observa a cientos de ciudadanos coreando en unísono las palabras “corriente”, en alusión a la falta de electricidad, así como “comida” y la consigna “Patria y Vida”, que se ha convertido en un símbolo recurrente en protestas previas. Más tarde, en la noche del domingo, se informó sobre manifestaciones en otras provincias del país como La Habana, Bayamo y Artemisa, donde los ciudadanos expresaron su clamor por “libertad”.

Las protestas tienen su origen en el malestar social generado por la escasez o la falta de suministros básicos. Los manifestantes están dirigidos en contra del Gobierno de Miguel Díaz-Canel, motivados por una serie de apagones eléctricos y demoras en la distribución de alimentos esenciales. En respuesta, el presidente mencionó en sus redes sociales la posibilidad de que estas manifestaciones sean aprovechadas por los enemigos de la revolución con fines desestabilizadores, refiriéndose específicamente a Estados Unidos, al que acusa de ser el responsable de la crisis actual.

“Estados Unidos apoya al pueblo cubano en el ejercicio de su derecho a reunirse pacíficamente”, ha expresado este lunes en redes sociales Brian Nichols, el encargado del Departamento de Estado para América Latina. Nichols ha mencionado, además, que “el Gobierno cubano no podrá satisfacer las necesidades de su pueblo hasta que adopte la democracia y el Estado de derecho y respete los derechos de los ciudadanos”.

Contexto previo

Cuba enfrenta desde hace más de tres años una grave crisis económica marcada por la escasez de productos básicos, una inflación descontrolada, apagones prolongados y una creciente dolarización, lo que ha generado un notable descontento social y una migración sin precedentes, según informan varias agencias.

En los últimos dos meses, los apagones se han intensificado debido a problemas en las antiguas centrales eléctricas de origen soviético y a la escasez de combustible, con cortes eléctricos que alcanzan hasta el 45 % en momentos de alta demanda. Esta situación se traduce en más de 10 horas diarias de interrupciones en muchas provincias del país.

La pandemia de COVID-19 y el recrudecimiento de las sanciones estadounidenses han agravado aún más una economía ya golpeada por décadas de bloqueo económico. La persistencia del embargo de EE. UU. a Cuba ha sido condenada por la Asamblea General de la ONU durante 31 años consecutivos, con una abrumadora mayoría de votos a favor de la resolución, con solo EE. UU. e Israel en contra y la abstención de Ucrania.

Cuba considera que su situación mejoraría si Estados Unidos la eliminara de la lista de países patrocinadores del terrorismo, una medida que obstaculiza las transacciones comerciales y las inversiones en la isla. Aunque el expresidente demócrata Barack Obama retiró a Cuba de esta lista en 2015, la decisión se revirtió al final del mandato del republicano Donald Trump y continuó bajo el mandato del demócrata Joe Biden, quien fue vicepresidente de Obama. Además, Cuba sigue sufriendo un embargo económico por parte de Estados Unidos que lleva más de seis décadas en vigor.

11J y respuesta internacional

Las protestas del 11 de julio de 2021 en Cuba marcaron un clamor generalizado por cambios en el país. Miles de cubanos salieron a las calles en al menos 50 localidades, gritando consignas como “Libertad” y “Tenemos hambre”. Sin embargo, estas manifestaciones fueron reprimidas severamente por las autoridades, resultando en cientos de condenas, algunas de hasta 25 años de prisión, y obligando a muchos artistas e intelectuales a optar por el exilio. Estas protestas surgieron como respuesta a una serie de problemas que afectan a la población cubana. Además de la escasez de alimentos, medicinas y artículos de primera necesidad, así como los persistentes cortes de energía, también se protestó contra las medidas restrictivas del gobierno para controlar la propagación de COVID-19. A esto se suman décadas de represión estatal que han limitado la libertad de expresión y de reunión pacífica.

A pesar de la insistencia del gobierno en que su respuesta fue legítima, utilizando cargos como “desórdenes públicos” y “desacato”, la comunidad internacional continúa denunciando la falta de libertad de expresión en Cuba. Sin embargo, el gobierno se niega a permitir la entrada de organismos internacionales y organizaciones independientes de derechos humanos para documentar la situación en el país.

La crisis económica, la crisis sanitaria y otros problemas persisten, lo que ha llevado a un aumento de la inseguridad y una crisis migratoria en la isla. Además, se observan grietas en el poder del Partido Comunista de Cuba, como la destitución del ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, señalando una posible crisis política interna dentro del gobierno.

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