El gobierno de Haití ha prorrogado hasta abril el toque de queda y estado de emergencia que habían decretado el 4 de marzo para, en un principio, 72 horas. El servicio de salud está al borde del colapso y el puerto de Puerto Príncipe, la capital, ha cerrado indefinidamente debido a los ataques de las bandas armadas que controlan el país. El puerto de la ciudad ha sido cerrado indefinidamente. En un comunicado, Caribbean Port Services dijo que se vio “obligado a suspender todos los servicios”.
Haití vive una situación política y de seguridad volátil desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, que dejó al país sumido en la incertidumbre y la agitación. Ariel Henry asumió el poder poco después del asesinato de Moïse, aunque no fue elegido popularmente. Sin embargo, su Gobierno ha aplazado en varias ocasiones la celebración de elecciones bajo el argumento de establecer primero condiciones de seguridad para garantizar un proceso electoral libre y justo.
Prórroga del estado de emergencia
El estado de emergencia de 72 horas, inicialmente declarado el 4 de marzo para la captura de presos fugados, se ha extendido por un mes mediante un decreto del Consejo de ministros con el objetivo de restaurar el orden público. La policía está llevando a cabo redadas en la capital, Puerto Príncipe, para capturar a los pandilleros fugitivos. Las fuerzas del orden están autorizadas a utilizar todos los medios legales para hacer cumplir el toque de queda y detener a quienes lo infrinjan.
Jimmy Cherizier, conocido como Barbecue, líder de una de las pandillas implicadas en la fuga masiva de prisioneros, ha amenazado con convertir a Haití en un paraíso o un infierno y ha intentado, junto con su banda, tomar el control del aeropuerto de la capital en varios intentos para evitar el regreso del primer ministro, Ariel Henry, que se encuentra en Puerto Rico desde el 5 de marzo debido a la violencia del país. Toda esta violencia se intensificó tras el anuncio del primer ministro de celebrar elecciones antes de agosto de 2025, cuando había prometido que el pasado 7 de febrero abandonaría el poder tras acceder al poder desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021.
La agencia de asuntos humanitarios de la ONU emitió una advertencia, asegurando que el sistema de salud en Haití está al borde del colapso, con escasez crítica de personal médico, equipos, camas, medicamentos y suministros de sangre. Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, alrededor de dos docenas de camiones que transportaban equipos vitales, suministros médicos y alimentos quedaron varados en el puerto de la capital. El PMA informó que ha suspendido su servicio de transporte marítimo debido a la “inseguridad”.
¿Por qué hay un estado de emergencia?
El ataque a la Penitenciaría Nacional el sábado 3 de marzo por la noche alertó a los haitianos cuando aproximadamente 4 000 reclusos escaparon. También inviadieron una prisión de Puerto Príncipe que albergaba a unos 1 400 reclusos. Además, las pandillas también ocuparon y destrozaron el principal estadio de fútbol del país, se reportaron disparos en varios barrios de la capital, bombardearon comisarías de policía y hasta el aeropuerto de la capital.
Después de que pandillas abrieran fuego, la Embajada de Estados Unidos dijo que suspendería todos los viajes oficiales al país y el domingo 4 de marzo por la noche instó a todos los ciudadanos estadounidenses a abandonar el país lo antes posible. El aumento de los ataques se produce tras protestas violentas que se volvieron más letales en los últimos días cuando el primer ministro viajó a Kenia para intentar avanzar en la propuesta de una misión de seguridad respaldada por la ONU en Haití, que encabezaría este país del este de África.
Asesinato de Jovenel Moïse
El miércoles 7 de julio de 2021, el presidente de Haití, Jovenel Moïse, de 53 años, fue asesinado cuando un grupo de sujetos armados irrumpió en su residencia privada durante la madrugada. La persistente violencia y agitación política en el país, junto con los desastres naturales y la pobreza generalizada, han exacerbado los problemas socioeconómicos y políticos en Haití. El asesinato de Moïse no solo dejó un vacío de poder, sino que también desencadenó un aumento en la violencia y la inseguridad en el país. Las pandillas han aprovechado la situación para fortalecer su control sobre partes de la capital y perpetrar actos violentos, como secuestros y asesinatos.
La convocatoria de elecciones presidenciales y un referéndum constitucional para el mismo día planteó un escenario político complicado. La oposición se oponía al referéndum constitucional, argumentando que Moïse estaba tratando de prolongar su mandato presidencial y consolidar su poder. Además, la anulación de las elecciones de 2015 debido a alegaciones de fraude electoral y la suspensión de las elecciones parlamentarias en 2019 contribuyeron a la creciente desconfianza en el proceso democrático en Haití.
Ariel Henry asumió el cargo de primer ministro de Haití después del asesinato del presidente Jovenel Moïse. Tras el asesinato de Moïse, hubo disputas sobre quién tenía autoridad para gobernar, ya que Henry y Claude Joseph, el ministro de Asuntos Exteriores en ese momento, ambos reclamaron el cargo de primer ministro. Sin embargo, la comunidad internacional, incluida la ONU y la OEA, respaldó a Ariel Henry como primer ministro, que juró el cargo el 20 de julio de 2021, consolidando su posición como líder del gobierno en un momento de grave crisis política y social en el país.
Dimisión presidente
La dimisión de Henry, el miércoles 13 de marzo, mientras se encontraba fuera del país, se produce en medio de un intento de establecer un consejo presidencial de transición, con el objetivo de allanar el camino para una transferencia pacífica del poder y la organización de nuevas elecciones. La situación en Haití es motivo de preocupación para la comunidad internacional, con líderes regionales y representantes de organizaciones internacionales como la CARICOM y la ONU buscando formas de abordar la crisis en el país.
La dimisión de Henry y el establecimiento de un consejo presidencial de transición son pasos importantes hacia la estabilización de Haití, pero queda por ver si estos esfuerzos serán suficientes para restaurar la calma y la seguridad en el país. La comunidad internacional, incluidos Estados Unidos y otros países, ha prometido ayuda humanitaria y apoyo para abordar la crisis en Haití, pero la situación sigue siendo fluida y compleja.
Respuesta internacional
La situación en Haití continúa siendo grave, con múltiples organizaciones y líderes regionales expresando su preocupación por la crisis humanitaria y de seguridad en el país. La Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos en Haití (RNDDH) ha denunciado la inacción del gobierno haitiano y ha lamentado la ausencia de policías en las calles, lo que ha dejado al pueblo haitiano abandonado a su suerte en medio de la violencia y la inseguridad.
El presidente de República Dominicana, Luis Abinader, ha instado a la comunidad internacional a prestar más atención a la crisis en Haití y a proporcionar apoyo adicional para frenar la violencia y la inestabilidad en el país. Abinader ha subrayado la importancia de desplegar la fuerza multinacional aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU para ayudar a restaurar la paz y la seguridad en Haití.
La República Dominicana, junto con otros países de la región, ha expresado su compromiso de apoyar una transición política en Haití que cuente con el respaldo del pueblo haitiano y que se base en el respeto de las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad de la ONU. La estabilidad y la seguridad de Haití son fundamentales para toda la región del Caribe, y es crucial que la comunidad internacional actúe de manera decisiva para abordar la crisis en el país.