El conflicto entre Marruecos y el Frente Polisario por el Sáhara Occidental se remonta a los años setenta. España administró el territorio hasta noviembre de 1975, cuando lo cedió a Marruecos y Mauritania en un acuerdo polémico. Sin embargo, Mauritania se retiró poco después, dejando a Marruecos con el control de la mayor parte del Sáhara Occidental, aunque una franja oriental sigue bajo el dominio del Frente Polisario, un movimiento independentista saharaui que lucha por la autodeterminación de la región y ha establecido la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).
Tras casi 47 años de conflicto, la posición de los países y organizaciones internacionales ha variado. Algunos, como Estados Unidos, reconocen la soberanía marroquí sobre el territorio, mientras que otros, como Argelia, respaldan los intereses de la RASD. Mientras los saharauis exigen independencia, Marruecos considera el territorio como parte integral de su reino. Este 27 de febrero se celebra el 48º aniversario de la proclamación de la RASD. El cambio de postura de España respecto al conflicto, ahora apoyando a Marruecos desde 2022, y el encuentro entre Pedro Sánchez y Mohamed VI, rey de Marruecos, de la semana pasada asientan las relaciones entre los países.
Antecedentes históricos y el papel de España
El territorio conocido como la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) está situado en el norte de África y comparte fronteras con el Océano Atlántico y las Islas Canarias al oeste, Argelia al noreste, Mauritania al sureste y Marruecos al norte. A pesar de su extensión de 266 000 kilómetros cuadrados, la población apenas supera el medio millón de habitantes, mayoritariamente compuesta por tribus bereberes. A pesar de tener una densidad poblacional baja, el Sáhara Occidental cuenta con una riqueza natural notable, incluyendo recursos como fosfatos y pesca.
En 1883, el territorio fue ocupado por España, y casi un siglo después, en 1973, surgió el Frente Popular de Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro (Frente Polisario) para luchar por la independencia del Sáhara Occidental. En 1975, en medio del declive del régimen franquista, España propuso un referéndum de independencia, pero Marruecos intervino para anexionarse parte del territorio mediante la Marcha Verde, enviando a 350 000 civiles desarmados al Sáhara Occidental para forzar la retirada del Ejército español.
Tras la retirada española, el territorio quedó bajo control de Mauritania y Marruecos tras la firma de los Acuerdos tripartitos de Madrid. En 1976, el Frente Polisario proclamó la RASD, desencadenando años de conflicto armado con Marruecos. Sin embargo, se logró un alto el fuego en 1991, cuando se creó la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO). Desde entonces, el Frente Polisario ha continuado reclamando un referéndum de autodeterminación, aunque su realización parece cada vez más remota.
¿Qué país reclama el control del Sáhara Occidental?
El acuerdo firmado por el Gobierno de España hace casi cincuenta años para la cesión del Sáhara Occidental no ha sido reconocido como legal por la comunidad internacional, ya que la administración de un territorio no puede simplemente transferirse de un país a otro sin consideración por el principio de autodeterminación de los habitantes. Según diversas resoluciones de las Naciones Unidas, el futuro de los territorios no autónomos, como el Sáhara Occidental, debe ser decidido por sus habitantes a través de un proceso de libre determinación, que incluya la opción de la independencia.
España comunicó a la ONU en 1976 que finalizaba su presencia en el Sáhara Occidental y se desentendía de cualquier responsabilidad sobre el territorio. Argelia, fuertemente involucrada en el conflicto saharaui y apoyando a la RASD, acoge a refugiados saharauis desde 1975 y ha reiterado en numerosas ocasiones las responsabilidades de España en el asunto, especialmente en medio de la crisis diplomática entre Marruecos y España.
En 1988, se acordó el Plan de Arreglo entre Marruecos y el Frente Polisario, respaldado por la ONU en 1991, que preveía un referéndum de autodeterminación para los saharauis. Sin embargo, la negativa de Marruecos a llevar a cabo el referéndum ha llevado a la postergación continua de este proceso. En lugar del referéndum, Marruecos presentó en la ONU su propuesta de dotar al Sáhara Occidental de cierta autonomía bajo su soberanía, una solución rechazada tanto por el Frente Polisario como por Argelia. A mediados de noviembre de 2020, los enfrentamientos en la zona fronteriza del Sáhara Occidental con Mauritania llevaron a acusaciones del Frente Polisario contra Marruecos por romper el alto el fuego y reiniciar el conflicto armado.
Desde entonces, se han registrado pequeños enfrentamientos militares con un número desconocido de víctimas, debido a la falta de datos independientes sobre los combates y las bajas. La situación en la región sigue siendo tensa, con el conflicto sin resolver y el sufrimiento continuo de la población saharaui en los campamentos de refugiados.
¿Quién controla el Sáhara Occidental actualmente según la ONU?
La situación actual en el Sáhara Occidental es compleja y sin una potencia administradora clara, según la ONU, a pesar de que Marruecos ejerce un control significativo sobre una parte del territorio. La posición internacional mayoritaria, respaldada por Rusia, China y hasta ahora la Unión Europea, es la búsqueda de una solución política que incluya la autodeterminación del pueblo saharaui. Esta postura se refleja en las resoluciones anuales que amplían el mandato de la MINURSO. A pesar de ello, la posición de la ONU sobre el derecho a la libre determinación se ha reafirmado en diversas ocasiones, destacando la importancia de este principio para garantizar los derechos humanos.
España fue consistente en su apoyo al derecho a la libre determinación del pueblo saharaui, como se refleja en la resolución 690 de la ONU de 1991, hasta 2022. La comunidad saharaui en España aún no goza de plenos derechos como excolonia, y muchos se ven obligados a viajar con pasaporte argelino. El cambio de posición expresado por el presidente del gobierno español en marzo de 2022 podría tener implicaciones significativas en la práctica, pero aún está por ver cómo se desarrollarán los acontecimientos en el futuro.
Cambio de postura de España
En abril de 2021, España aceptó acoger en secreto al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, por razones humanitarias. El líder del Frente Polisario fue ingresado de urgencia en el hospital de Logroño con una identidad falsa para ser tratado de Covid-19. Rabat lo interpretó como una afrenta y forzó una crisis migratoria sin precedentes que provocó una entrada masiva de inmigrantes en Ceuta. Según el Gobierno español, fueron más de 8 000 personas las que llegaron a fronteras costeras.
Recientemente, el gobierno español cambió su postura y comunicó su apoyo a la propuesta de Marruecos de otorgar autonomía al Sáhara Occidental bajo soberanía marroquí, considerándola como la base más seria y creíble para la resolución del conflicto. Esta decisión ha generado críticas tanto del Frente Polisario, que la considera una traición al pueblo saharaui y una legitimación de la ocupación marroquí, como de algunos partidos políticos españoles.
Los grupos municipales Bildu, PP, PNV y Elkarrekin del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz han emitido recientemente una declaración en la que reafirman al Frente Polisario como el único representante legítimo del pueblo saharaui, con motivo del 48º aniversario la RASD. En la declaración, expresan su desacuerdo con el cambio de postura del Gobierno español sobre el Sáhara Occidental y solicitan un estatus diplomático para la representación del Frente Polisario en España. Además, instan a Naciones Unidas a promover un referéndum de autodeterminación para el pueblo saharaui y la ampliación del mandato de la MINURSO para la vigilancia de los derechos humanos.
Nueva autonomía del espacio aéreo
La semana pasada, el rey Mohamed VI de Marruecos y el presidente español Pedro Sánchez se reunieron para hablar sobre la política marroquí en el ámbito migratorio y la lucha contra la emigración irregular. España ha desbloqueado el traspaso de la gestión del espacio aéreo del Sáhara a Marruecos, condicionado por Mohamed VI para reabrir las aduanas en Ceuta y Melilla. Esta condición la ha aceptado el gobierno español como parte de las negociaciones diplomáticas entre ambos países.
A pesar de los intentos del gobierno marroquí por obtener el control, el espacio aéreo del Sáhara sigue bajo la supervisión de controladores aéreos españoles desde las Islas Canarias, según el mapa de la Organización de Aviación Civil Internacional, una entidad de la ONU. Esta situación es efectivamente gestionada por España debido a su condición de Estado con soberanía sobre el territorio, ya que el acuerdo de Madrid no implicaba la cesión de la soberanía sobre el territorio y la población saharaui, sino únicamente de la administración. Cualquier intento unilateral de ceder esta soberanía constituiría una clara transgresión del derecho internacional, y podría llevar el caso ante la Corte Internacional de Justicia.
En 2018, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea confirmó que la jurisdicción del espacio aéreo del Sáhara Occidental correspondía al Frente Polisario, reconocido como representante del pueblo saharaui por la ONU. España no tiene autoridad para ceder este espacio aéreo según el derecho internacional. La falta de control por parte de España podría aumentar el riesgo de accidentes aéreos y complicar las operaciones de búsqueda y rescate, además de dificultar las tareas del Servicio Aéreo de Rescate del Ejército del Aire Español (SAR). Además, el control aéreo por parte de Marruecos beneficiaría económicamente a este país y fortalecería su capacidad militar en la región.