Las elecciones estadounidenses se celebrarán el 5 de noviembre para decidir quién será el líder del país. Aún no se tiene claro quiénes serán los representantes oficiales de los dos partidos por excelencia, el Partido Republicano y el Partido Demócrata, pero los comicios se llevarán a cabo a lo largo del año. Empezando con caucus, siguiendo con elecciones primarias y acabando con convenciones nacionales, el calendario electoral estadounidense está lleno de procesos que culminan con la elección del líder del país.
Estados Unidos es uno de los países que tendrá que acudir a las urnas este año, que ahora se encuentra en el centro mediático por la guerra entre Israel y Palestina y los bombardeos junto con Reino Unido a posiciones de rebeldes hutíes por el bloqueo en el Mar Rojo. En noviembre, se celebrarán sus comicios legislativos y presidenciales y el candidato que se alce con la victoria podrá marcar el curso de las próximas relaciones internacionales que tenemos a vista.
Presidente de Estados Unidos
Estados Unidos es la primera potencia económica del mundo, uno de los países más poblados del mundo y ocupa una de las primeras posiciones en el ranking de IDH (Índice de Desarrollo Humano). Liderar un país así supone una ardua tarea, por lo que convertirse en una persona tan influyente y poderosa no supone un camino fácil. Ser presidente de Estados Unidos significa ser jefe de Estado y Gobierno, ostentar el cargo político más alto, liderar el poder ejecutivo del Gobierno federal y ser el comandante jefe de las Fuerzas Armadas.
El presidente es elegido por sufragio indirecto, esto significa que los votantes no eligen directamente a los candidatos presidenciales, sino a los representantes de cada estado, que forman el colegio electoral. Cada estado tiene un número de electores (que corresponde a los representantes del Senado y la Cámara de Representantes totales) y deben emitir sus votos en el Colegio Electoral, en el que se suele seguir el resultado popular de su estado. No obstante, cabe destacar que, en la práctica, los ciudadanos estadounidenses votan por los candidatos presidenciales de los partidos políticos en las elecciones populares.
Según Forbes, el presidente de Estados Unidos es “la persona más poderosa del mundo”. Justo por ello, no cualquiera puede acceder a ese cargo y hay una serie de características que restringen a una parte de la población de poder acceder al cargo. El artículo II de la Constitución establece que los requisitos son: ser ciudadano de nacimiento de los Estados Unidos, tener al menos 35 años, haber sido residente permanente durante al menos catorce años en el país y acumular una cuantiosa fortuna.
Asamblea de partidos o “caucus”
Los partidos políticos realizan caucus, asambleas privadas a nivel del distrito electoral. Los representantes de los candidatos al que apoyan se reúnen en escuelas, centros comunitarios o iglesias y pronuncian discursos para que los electores voten por el candidato al que defienden. Cuando todos los votantes han hecho su elección y se han colocado físicamente con el grupo del candidato al que planean apoyar, se procede a contar. Los grupos con menos de un 15 % total de los votantes deben repartirse entre el resto de agrupaciones.
Los caucus de Iowa suponen el primer acto del calendario electoral de Estados Unidos. El objetivo por el que luchan es ínfimo: apenas el 1 % del número total de delegados. Sin embargo, la victoria de cualquier candidato en Iowa puede cambiar el rumbo de las elecciones para que el país vea cómo le va a un candidato en unas elecciones reales y despertar la atención de las personas y medios. Dinamizar la campaña en una etapa tan temprana es crucial para impulsar al candidato de cara a las elecciones primarias.
Si bien es innegable la importancia de los caucus de Iowa, no siempre son fiables a la hora de determinar un vencedor. En 2016, Donald Trump quedó en segundo lugar detrás del senador evangélico de Texas Ted Cruz a pesar de terminar como ganador en noviembre de ese año. Sin embargo, sí que ganó en Nueva Hampshire, que son las siguientes del país.
Tanto las elecciones primarias como los caucus pueden ser abiertos, en el que se puede votar por un candidato de cualquier partido político; cerrados, en la que se votan a los candidatos elegidos en ese partido; o semiabiertos, una combinación de ambas. La mayoría de los estados dejaron atrás hace años esta práctica de caucus para realizar solamente las elecciones primarias, pero el Partido Republicano del estado de Iowa sigue llevando a cabo esta práctica, entre otros.
Elecciones primarias
Las elecciones primarias son el proceso realizado para seleccionar a los candidatos, normalmente de un partido político concreto, que aparecerán en la papeleta de las elecciones generales. Con ellas se determinan los candidatos republicanos y demócratas que buscan un lugar o reelección en la Cámara de Representantes y el Senado. Las primeras “elecciones primarias” podrían considerarse los caucus de Iowa, aunque no son técnicamente lo mismo. Los resultados de estas primarias determinan el número de delegados que cada candidato obtiene para la convención nacional de su partido, donde finalmente se selecciona al candidato presidencial que representará al partido en las elecciones generales.
Las elecciones primarias se celebran en un colegio electoral como cualquier otra elección. No obstante, algunos estados tienen “primarias abiertas”, en las que cualquier votante registrado puede votar. Otros estados tienen “primarias cerradas”, lo que significa que solo las personas inscritas en un partido político concreto pueden votar en las primarias de dicho partido.
Convenciones nacionales
Los partidos políticos celebran convenciones nacionales para finalizar el proceso de selección de los candidatos a la presidencia. En este evento, se ratifica la elección final de un partido político de sus candidatos a presidente, que ha debido ganar la mayoría de los delegados a lo largo de las primarias y las asambleas (caucus). Aquí es habitual que los máximos representantes de cada partido den su apoyo a los candidatos y valores que se convertirá en la agenda durante los cuatro años en la Casa Blanca en caso de ganar la elección.