Este pasado domingo 17 de diciembre, los chilenos acudieron a las urnas de nuevo para aprobar una nueva constitución, ya que la actual es heredada de la dictadura de Augusto Pinochet. Los resultados, con una participación de casi el 85 %, arrojaron un 55,76 % de votos en contra frente a un 44,24 % a favor.
Chile lleva años intentando cambiar su Constitución. En 2022 se rechazó la propuesta elaborada por la izquierda; este pasado domingo, la elaborada por la derecha. Estas votaciones han tenido una participación altísima, pero parece que los chilenos no son capaces de ponerse de acuerdo.
Reforma de Constitución en Chile
El primer plebiscito que se llevó a cabo para una posible redacción de una nueva Constitución tuvo lugar en octubre de 2020, ya que los chilenos ansiaban un cambio y un dinamismo en una sociedad que parecía estática. Este suceso supuso un punto de inflexión en la democracia chilena y en la opinión pública de los votantes acerca del gobierno, que desencadenaron una serie de consecuencias que nos llevan hasta el referéndum del pasado 17 de diciembre.
La Constitución actual chilena es legado del exdictador Augusto Pinochet, bajo quien fue redactada, lo que simboliza una falta de valores democráticos y legitimidad. Además, en 2019 se produjeron una serie de protestas por una nueva Carta Magna que agravaron este asunto.
Chile se ha visto afectado por desigualdades socioeconómicas, que han provocado tensiones y descontento en la sociedad. La brecha económica ha afectado a áreas clave como educación y salud, lo que ha dado lugar a diversas manifestaciones y protestas, como las protestas sociales de 2019. Estas manifestaciones reflejaban el malestar y percepción que tenían los ciudadanos sobre las políticas existentes del gobierno, que no favorecían a la gran parte de la población.
¿Cuál es el contexto histórico?
Todo se remonta a los inicios de exdictador chileno Augusto Pinochet. En 1970, Salvador Allende, candidato de izquierda, gana en las elecciones y se convierte en el presidente de Chile. Durante su mandato, Allende generó conflictos dentro de los sectores conservadores e incluso alarmó a Estados Unidos, que temía una influencia comunista en el continente, en un contexto marcado por una bipolaridad durante la Guerra Fría.
El 11 de septiembre de 1973, bajo la Operación Condor, fuerzas armadas lideradas por el general Pinochet llevaron a cabo un golpe militar y se hicieron con el control del gobierno. Durante sus años en el poder, hasta 1990, se estableció una dictadura militar marcada por las restricciones en las libertades y la persecución de los opositores.
En septiembre de 1980 se aprueba la Constitución Política de la República de Chile y en marzo del año siguiente entra en vigor hasta nuestros días. Este texto constitucional se ha reformado más de cincuenta veces y ha contado con más de veinte nuevos artículos. El texto ha sido objeto de criticas desde sus inicios por falta de legitimidad, restricciones en derechos y deficiencia democrática.
La Constitución otorga al presidente de la República la facultad de poder designar a cinco senadores, lo que muchos critican por limitar la representatividad democrática; a su vez, la modificación de ciertos artículos requiere de un quórum especial, que puede obstaculizar también posibles reformas; por otro lado, el papel que desempeñan las fuerzas armadas ha generado debate, así como la alta centralización del poder. Un alto número de la población chilena ha renegado de la actual Constitución al ser fruto de una dictadura. Esto ha llevado a protestas y a la situación actual.
Intentos de reforma anteriores
En 1999, la Concertación de Partidos por la Democracia, coalición de izquierda y centroizquierda (que gobernó Chile desde 1990 a 2010) intentó plantear una serie de reformas entre las que se consideraba la idea de un plebiscito constitucional. En este sentido, en 2005 se implementaron una serie de reformas de “enclaves autoritarios”, para descentralizar el poder. No obstante, la opinión pública renegaba del origen antidemocrático que tenía esta carta magna y en 2009, durante las elecciones presidenciales, se barajó el tema de una “nueva Constitución” para ampliar los derechos sociales, aunque no se llegó a desarrollar. Las manifestaciones sobre la ilegitimidad de la Constitución cesaron hasta el 2019, en las que se avivaron por las demandas de una nueva.
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Referéndum 2020
En noviembre de 2019, se levanta una oleada de protestas en todo el país con motivo de la redacción de una nueva carta magna. Como consecuencia, en octubre de 2020, Chile votó por primera vez un plebiscito nacional donde se hacían dos preguntas: “¿Quiere usted una nueva Constitución?” y “¿Qué tipo de órgano debiera redactar la Nueva Constitución?” De esta manera, se conocía la opinión pública acerca de un posible proceso constituyente de cara a redactar una nueva Constitución. Casi el 80 % de los votantes estaban a favor de una nueva redacción y se acordó un Convención Constitucional que iniciase los primeros pasos en 2021.
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Referéndum 2022
El domingo 4 de septiembre del pasado año 2022, los chilenos votaron para determinar su apoyo a la propuesta de Constitución, redactada por la Convención Constitucional, propuesta por el presidente chileno Gabriel Boric. El texto que se votó contaba con 11 capítulos con temas como: igualdad de género, sostenibilidad o derechos fundamentales, como de salud y educación. Fue definida como la más feminista, que dejaba entrever una posible revisión de la ley del aborto.
El borrador de este nuevo texto constitucional se basaba en 10 pilares. El más importante y por el que todo se asentaba era el primero: la democracia, que pretendía consagrarse en todos sus aspectos: respeto a los derechos humanos, voto libre, igualdad, etc. Como algo novedoso, también se reconocía la autonomía de grupos indígenas del país, que tendrían derechos de autonomía con carácter único. Los resultados demostraron el rechazo de esta propuesta de Constitución con un 62 % de los votos en contra.
Referéndum 2023 y la actualidad
Los chilenos han vuelto a rechazar una propuesta de Constitución, esta vez por parte de del Consejo Constitucional, con un 55,76 % en contra tras una participación obligatoria del 84,48 %. Esto supone la continuidad de la carta magna actual, aprobada en la dictadura de Pinochet.
Existen varias diferencias entre estas dos propuestas de constitución. En primer lugar, el primer texto fue redactado por la Convención Constitucional, de miembros mayoritariamente de izquierdas; mientras que el segundo fue elaborado por el Consejo Constitucional, de corriente de derechas, que promulgaba por fortalecer las políticas migratorias y una posible revisión a la ley del aborto.
Todo esto ha afectado a la oposición, el ultraderechista del Partido Republicano José Antonio Kast, que desempeñó un papel importante en la elaboración de este segundo texto: “Los republicanos no tenemos nada que celebrar, pero tampoco el Gobierno de Boric y la izquierda” afirmó Kast. Los partidos de izquierda salieron a celebrar este rechazo de una propuesta regresiva en materia de derechos sociales y medio ambiente.
Hoy por hoy, tanto la izquierda como la derecha han rechazado un tercer proceso constituyente, así como cualquier cambio en un futuro cercano. Para una nueva reforma de la Constitución, que tantas se ha modificado, se necesitará la aprobación de cuatro séptimas partes del Parlamento.