Hace unos días, en una entrevista en directo, Pedro Sánchez criticó la guerra en Ucrania y apostó por que España aumentase el gasto en Defensa. Y no un poco, sino en unos 7.000 millones de euros.
Se une así a la decisión hace unos días del gobierno alemán de incrementar el gasto en defensa con una inversión cercana a 100.000 millones de euros, el doble de lo que se gasta hoy.
Europa busca a la vez el fin del conflicto y una inversión sin precedentes en Defensa. ¿Por qué?
¿Por qué España y otros países están decidiendo gastar más en Defensa?
Para entender las palabras de Pedro Sánchez y la decisión del Gobierno de España podríamos quedarnos con el contexto de la guerra en Ucrania pero yo empezaría por otro lado.
Señala Pedro Sánchez que este incremento del gasto se produce para dar respuesta al mandato de la OTAN, que obliga a los países miembro, como España, a destinar un 2% de su PIB a Defensa.
¿Por qué la OTAN obligaría a sus miembros a hacer esto?
En primer lugar es algo obvio: el artículo número 5 del Tratado dice que un ataque contra uno de los miembros, es como un ataque contra todos. Es decir: si atacan a un país de la OTAN, España y el resto deberíamos ir en su ayuda.
Por lo tanto, la OTAN debe asegurarse de que estamos preparados para ayudar. Si no hay gasto en Defensa, no hay inversión para mejorar la tecnología militar y, lo que es peor, no hay suficientes efectivos como para que nuestra ayuda sea útil en caso de que nos necesiten.
Un segundo motivo ligado a este es que Estados Unidos, ideólogo de la OTAN durante la Guerra Fría, aunque sabemos que la OTAN hereda lo que se llamó Unión Europea de Defensa, no quiere ser el pagafantas de la Defensa, invirtiendo cientos de miles de millones de euros mientras los europeos no ponen dinero porque no es una partida bien vista a nivel electoral y porque mejor gastar ese dinero en otras partidas porque total, es muy improbable que nos metamos en una guerra.
Ya en su momento, el expresidente Donald Trump advertía a los colegas europeos que tenían que ponerse las pilas. Le escuchamos en 2017, en una declaración en un encuentro de la OTAN siendo muy directo con todos los presidentes y primeros ministros delante suyo. Les estaba diciendo, en su cara, que se pusiesen las pilas e invirtiesen más en Defensa.
Según Donald Trump, 23 de los 28 miembros de la OTAN no están contribuyendo como deberían con el 2% de PIB destinado a Defensa.
En realidad no le hicieron mucho caso. Dos años después el presidente francés Emmanuel Macron, señalaba que la OTAN estaba en muerte cerebral.
Aunque desde 2019 la tensión con Rusia se ha ido intensificando, cierto es que la relación con el gobierno de Putin ha sido a través de la Unión Europea, y los castigos infligidos no han sido a través tanto de la OTAN como las sanciones económicas de la Unión Europea.
Pero llega la guerra y la muerte cerebral de la OTAN desaparece
Desde antes incluso de los primeros ataques, la OTAN reivindicaba su papel, tanto para los países del este fronterizos con Rusia como para las principales potencias europeas, que recordaban en todo momento al Kremlin que el límite lo marcaba la OTAN.
¿La Unión Europea tiene algo parecido a una alianza militar tipo OTAN?
Uf, solo podemos hablar de la Política Común de Seguridad y Defensa. Pero es que nada tiene que ver con la OTAN.
Digamos que es un compromiso que podemos ver en el artículo 42 del Tratado de la Unión Europea, con acuerdos vagos, entre los cuales el compromiso a invertir en Defensa, también el de asistir a otros países de la Unión Europea que estén en peligro… pero ni de lejos supone la obligatoriedad del artículo 5 o el 2% de inversión.
Sea como sea, Vladimir Putin ha demostrado con su estrategia ofensiva que la diplomacia, incluso cuando las sanciones económicas están haciendo daño a su economía, no va a ser del todo efectiva. Que la principal arma de la Unión Europea, la diplomacia política y económica, la soft politics… no funciona si Rusia tiene unos intereses definidos.
¿Qué podría funcionar para parar la guerra entre Rusia y Ucrania?
Que desde la Unión Europea se pueda contrarrestar el poder militar o que, como mínimo, lo parezca. Es decir: el poder disuasorio. Algo así como en caso de que alguien te amenace, comprarte una navaja. No para defenderte, sino para que el otro no quiera ya hacerte nada porque sabe que tienes una navaja.
Aquella famosa frase de Si vis pacem, para bellum. Si quieres paz, prepárate para la guerra, de Vegecio, aunque se le atribuye a Julio Cesar.
Es aquí donde entran en escena las diferentes decisiones de cancillerías y gobiernos de incrementar el gasto en defensa.
Por un lado, la OTAN pega el toque de atención. Algo así como “ahora que tenéis claro que no estoy muerto, que soy una de las mejores opciones que tenéis, no podéis pasar de mi, debéis tratarme bien”.
Por el otro, esta alta inversión en defensa busca ese efecto disuasorio con Rusia. No es garantía de nada, pero mientras por un lado Rusia podría estar pidiendo que China se moje militarmente, tenemos a Europa reforzándose a nivel militar. Y atención que Alemania y España están gobernados por una coalición de izquierdas.
Es un nuevo ejemplo de como el contexto explica ciertas decisiones y sobre todo su aceptación o el hecho de que haya menos críticas a nivel social en estos momentos. Aunque Podemos sí ha dedicado críticas al respecto.
Resumiendo: España invertirá hasta el 2% del PIB en Defensa, como manda la OTAN. Alemania también lo hará y previsiblemente otros países también se implicarán más. También irónicamente está por ver que hace a este respecto Francia, con un Emmanuel Macron que busca recuperar la grandeza francesa y el liderazgo del país. Menos de un mes para las elecciones presidenciales, presidencia rotatoria del Consejo… y sin Merkel como lideresa europea.
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